Sensibio - Piel Sensible

La piel sensible es una condición que se caracteriza por sensaciones incómodas como picazón, tirantez, ardor, quemazón e irritación. Estas sensaciones pueden producirse sin que haya lesiones visibles en la piel o enrojecimiento.1

1 Misery, Laurent, et al. "Definition of sensitive skin: an expert position paper from the special interest group on sensitive skin of the international forum for the study of itch." (2017)

Existen 3 tipos principales de piel sensible: la piel sensible y sensibilizada, la piel sensible con tendencia al enrojecimiento y la piel sensible con tendencia al enrojecimiento y la descamación. Todas se irritan con facilidad, son reactivas y propensas a la inflamación. Descubre aquí qué tipo de piel sensible tienes para adaptar tu rutina con los mejores productos. 

• La piel sensible y sensibilizada reacciona de forma exagerada a una amplia gama de factores internos y externos, produciendo sensaciones desagradables que pueden aparecer de forma intermitente o convertirse en permanentes, como hormigueo, tirantez, enrojecimiento, quemazón y picor. El agua, el calor, el frío, el sudor, ciertos cosméticos y productos de higiene, el roce de tejidos, el estrés y las fluctuaciones hormonales son los desencadenantes más comunes, pero cada persona es sensible a estímulos diferentes.

• La piel propensa al enrojecimiento y la rosácea suele experimentar rojeces inesperadas y que, aunque normalmente son transitorias, pueden llegar a convertirse en permanentes. Aparecen  pequeños vasos sanguíneos.. Los enrojecimientos repentinos pueden estar relacionados con el cambio de temperatura, el alcohol o la ingesta de comida picante, pero también con medicamentos o enfermedades.

• La piel sensible con tendencia al enrojecimiento y la descamación suele ser síntoma de una afección cutánea específica, como la dermatitis seborreica. La piel se inflama, lo que provoca molestias considerables y repercute en la calidad de vida.

La piel de cada persona es diferente y reacciona de forma distinta a los tratamientos y productos para el cuidado de la piel.

Aquí tienes 4 recomendaciones a seguir:

1. Diagnosticar: Visita a tu dermatólogo para identificar los factores que provocan la reacción de tu piel, recibir asesoramiento profesional y, si es necesario, un tratamiento específico.
2. Evitar: Limita la exposición a factores estresantes cotidianos, como el frío o el sol, los productos irritantes y los cosméticos.
3. Limpiar: Utiliza un producto de limpieza calmante de alta tolerancia.
4. Cuidar: Una o dos veces al día, aplica suavemente un tratamiento de ultra alta tolerancia y, una o dos veces por semana, aplica un tratamiento hidratante intenso.

Elige productos para el cuidado de la piel formulados según los principios de la Ecobiología, con ingredientes que respeten el ecosistema de la piel sensible y preserven su salud a largo plazo. Por ejemplo, la Tecnología Micelar de BIODERMA se inspira en los lípidos de la piel que capturan las impurezas, preservando la película protectora natural de la piel.

Los productos de cuidado para piel sensible contienen ingredientes calmantes, como la alantoína, e ingredientes hidratantes como la glicerina. BIODERMA también incorpora tecnologías patentadas como Rosactiv (™). Esta innovación actúa sobre los procesos biológicos subyacentes responsables de los distintos tipos de rojeces y molestias, lo que se traduce en una reducción significativa y sostenida de sus efectos visibles.

Cada uno de nosotros es diferente, al igual que nuestra piel. Por ello, es importante introducir nuevos ingredientes de forma gradual. Con productos adaptados para el cuidado de la piel sensible y una rutina constante, puedes reducir el enrojecimiento, calmar la piel y ayudar a restaurar la barrera cutánea.

• Empieza tu rutina con un limpiador facial para piel sensible.
• Aplica unas gotas de sérum para piel sensible sobre el rostro y masajea suavemente hasta su total absorción.
• Por último, mantén tu piel hidratada con una crema hidratante calmante para piel sensible.

Muchos productos BIODERMA son prescritos o recomendados por dermatólogos, lo que te aporta seguridad y la tranquilidad de saber que has elegido un producto de cuidado facial respaldado por expertos médicos, que entienden las necesidades de tu piel. Además, en el caso de BIODERMA, muchos de nuestros productos han sido desarrollados consultando a dermatólogos especializados en afecciones cutáneas específicas, como la dermatitis atópica y el enrojecimiento.