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Información clave sobre piel sensible o intolerante

Tiempo de lectura : 4 min

Las personas que tienen piel sensible sienten ciertos síntomas en el rostro que pueden ir acompañados de eritema o enrojecimiento. Los más usuales son la sensación de cosquilleo, tirantez, calor o incluso ardor. Los síntomas menos frecuentes suelen ser los relacionados con el prurito o picor. Con frecuencia no pueden tolerar muchos productos cosméticos faciales

mujeres frente al espejo

¿Cómo puedo saber si tengo la piel sensible o intolerante?

 

La piel sensible o intolerante reacciona de una forma distinta a una piel normal; es hiperreactiva. Puede experimentar sensaciones de cosquilleo, calor (quemazón), hormigueo y picor, la mayoría de veces de manera intermitente.


Estas sensaciones de incomodidad también pueden ir acompañadas de enrojecimientos. Son síntomas derivados de la exposición a estímulos internos o externos que no deberían causar irritación.

 

Estos factores desencadenantes pueden ser: 

  • Físico: radiación UV, cambios bruscos de temperatura, viento, calor o frío... 
  • Químicos: productos de higiene y cosméticos, exfoliantes químicos, jabones, agua del grifo o del mar, afeitado...
  • Psicológico: estrés, ansiedad...
  • Hormonales: ciclo menstrual, menopausia...  
  • Factores internos: comida picante o muy condimentada entre otros. 

 

Entonces, ¿cómo reacciona una piel sensible? Este tipo de piel reacciona a estímulos que no tienen ningún efecto adverso. La hipersensibilidad que caracteriza la piel más sensible hace que la barrera cutánea tolere en menor medida factores que otra piel tolerarían sin problemas. Para la piel sensible, la reactividad se manifiesta temporalmente, en momentos puntuales. 

La piel intolerante reacciona constantemente o casi constantemente y siempre tiene una tolerancia prácticamente nula.

mujeres con un algodón

¿Cuáles son las 2 causas de la sensibilidad de la piel?

 

 

Existen dos factores principales que causan la disminución del umbral de la tolerancia y, por lo tanto, esta mayor sensibilidad de la piel: 

  1. La piel sensible o intolerante sufre una alteración en la función de barrera protectora de la epidermis. Este fenómeno promueve la deshidratación de la piel y la penetración de agentes potencialmente irritantes. 
  2. La piel sensible sufre una secreción excesiva de citocinas proinflamatorias (sustancias secretadas por las células de la piel) y ciertos neurotransmisores a través de sus terminaciones nerviosas superficiales. Estas secreciones son el origen de sensaciones desagradables que experimentan las personas con piel sensible.

¿A quién afecta?

 

El fenómeno de la piel sensible es realmente frecuente, ¡afecta a un tercio de la población adulta! 

 

Las mujeres (60%) se ven afectadas con más frecuencia que los hombres (40%). Algunos tipos de piel presentan mayor sensibilidad debido a factores genéticos. Solemos ver esta predisposición en piel clara, aunque el color de la piel no tiene nada que ver con su grado de sensibilidad. La frecuencia con la que se presenta este problema muestra, sin embargo, una tendencia a disminuir con la edad.

Una piel sensible puede ser, también, una manifestación clínica de alguna patología del rostro, como rosácea, eccema o dermatitis seborreica, por ejemplo.

La piel sensible puede o no combinarse con signos clínicos de una afección facial como rosácea, eccema o dermatitis seborreica.  
No tomar precauciones contra los factores desencadenantes tradicionales puede hacer que el fenómeno aparezca y empeore. 

 

Tener piel sensible no tiene consecuencias psicológicas, aunque sí implica que ciertos momentos de la vida pueden alterarse debido a este tipo de reacciones. Lidiar con otras patologías dermatológicas además de la piel sensible, puede resultar más complicado, pues es fácil que los tratamientos recetados sean poco tolerados por nuestra piel.

 

 

¿Cuáles son las 4 recomendaciones para piel sensible?

 

Diagnóstico completo

 

Consulta con tu dermatólogo para que identifique los factores que desencadenan la sensibilidad o agravan las reacciones cutáneas en tu caso propio. Una vez encontrada la causa, ¡te podrá aconsejar de forma personalizada!

El médico te examinará para descartar que la hipersensibilidad esté siendo causada por rosácea, eccema o dermatitis seborreica. En caso de padecer alguna de estas condiciones habrá que tomar medidas específicas.

 

 

Cuidados cotidianos

 

En el día a día debemos limitar siempre que podamos las fuentes de agresión: 

  • Exposición al frío  
  • Productos irritantes y productos cosméticos dañinos (limpiadores agresivos, exfoliantes, cremas inadecuadas...)
  • Para los hombres, productos inapropiados y poco tiempo para afeitarse (el cabello debe estar en contacto con agua tibia durante al menos tres minutos para suavizarlo)
  • Los efectos nocivos del sol sobre la piel aumentan su sensibilidad (se recomienda siempre usar un buen protector solar)

 

Higiene

 

Utilizar un número limitado de productos cosméticos suaves y calmantes. Lavar el rostro con un producto de ingredientes no agresivos y de alta tolerancia. Preferentemente, utilizar productos que no se enjuaguen, que no contengan perfume, conservantes, ni tensoactivos. Secar el rostro con cuidado, a toques y sin frotar.

 

 

Cuidado de la piel

 

Una o dos veces al día, aplica suavemente un tratamiento de tolerancia muy  alta (sin fragancia, sin conservantes y sin tensioactivos) para combatir las reacciones de la piel. 
Una o dos veces por semana, puedes aplicar una mascarilla de hidratación intensa para piel sensible.
También es importante elegir con cuidado el maquillaje que aplicamos sobre la piel y limitar su uso.